Cuando nadie escucha la piel se vuelve el último grito, la última frontera.
Cuando no queda nada, solo la voz ronce de gritar silencios, una colilla apagada, un pedacito de loza, cualquier objeto afilado con paciencia y tiempo sirve para cortar la piel, para gritar a través de ella formando esas pepas turgentes, quizás queriendo volver a nacer.

Un muchacho inquieto, preso, puesto a posar.
Que ponete así, mirá para allá, levántate el gorro.
La mirada del otro, mi mirada sostenida en el tiempo devuelve identidad.

Impacta ver el horror de frente.
Impacta ver el dolor de frente.

Rostros de menores privados de libertad. Generación Sub 85.
Nacidos en democracia.
Palabra que se usa para aceitar las maquinarias del miedo.
Realidades que quizás solo se puedan ver,
como el mito de Perseo ante la Medusa.
A través de un reflejo.

Impresiones tomadas luego de cuatro años de trabajo en Colonia Berro.